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EMPEZAR A ORAR

  • Estefanía
  • 9 ene 2018
  • 2 Min. de lectura

Empezar a orar es un gran paso en tu vida porque, por medio de la oración es que tenemos comunión con Dios. Platicar con Dios de todo lo que nos ocurre y nos inquieta es el mejor descanso que podemos tener porque su paz nos inunda y nos da la calma que necesitamos (Filipenses 4:6-7).

Dios nos ha dado la confianza para acercarnos a Él de tal modo que podamos encontrarlo. Antes de Cristo solamente una vez al año un sacerdote instituido por Dios podía acercarse al altar a ofrecer ofrenda para limpiar los pecados de sí mismo y del pueblo judío (Hebreos 9:7/Levíticos 16:34) y nadie más podía entrar a ese lugar santísimo, ni siquiera el mismo sacerdote podía entrar otro día a la presencia de Dios mas que el día que ya estaba destinado a ello pues de lo contrario caía muerto al instante, pero cuando Cristo murió en la cruz del calvario el velo del templo donde se encontraba ese altar se rasgó en dos para demostrar que ahora bajo la gracia de Dios TODOS podemos entrar confiadamente ante su presencia (Mateo 27:51).

Ahora sin temor, sin necesidad de nadie más, mas que del Espíritu Santo podemos encontrarnos con Dios en "el lugar secreto"; el "lugar secreto" es el instante en el que comienzas a conversar con Dios, en ese momento no hay nadie más, mas que tu y Él, y aunque Dios sabe todo lo que estás sintiendo y de todo por lo que tienes necesidad (Mateo 6:8), es importante que se lo expreses porque el Señor quiere ayudarte.

Ninguna oración sincera regresará vacía pues Dios es fiel a su palabra (Deuteronomio 7:9) y es bueno todo el tiempo, de lo contrario no estaría hoy escribiéndote ésto.

Cuando más triste estaba menos tenía ganas de hablar con Dios, no sabía el error tan enorme en el que estaba, es como si no comiera cuando muero de hambre, es ilógico pero, tristemente así pasa en la vida real, entre más enojados y tristes estamos menos queremos platicar con Dios, pero la verdad absoluta es que en tiempos de dolor y enojo tenemos que acercarnos más a Dios (Santiago 5:13) pues confiar y esperar en Él nos dará nuevas fuerzas (Isaías 40:31) y sin duda alguna la situación y el panorama cambiarán porque nuestro Dios es un Dios que cambia circunstancias y personas (Romanos 8:28), no es un Dios ajeno a lo que sentimos (Salmos 31:22).

Tampoco dejes de orar cuando crees que has fallado porque, necesitas ser perdonado y seguir adelante la carrera de la fe a la cual fuiste llamado (Deuteronomio 4.28-31), no caigas en el error de alejarte pues Dios se fortalece en tu debilidad (2a de Corintios 12:9).

Quisiera seguirte diciendo lo hermoso y maravilloso que es entrar a la presencia de Dios en oración, pero hasta que tú no lo experimentes no sabrás de lo que hablo. Hoy busca a Dios en oración, Búscalo mientras pueda ser hallado (Isaías 55:6)


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