top of page

Lo que siempre te he querido decir

  • Estefanía
  • 20 oct 2017
  • 3 Min. de lectura

Muchas veces cuando he cometido errores, he herido a personas y he hecho cosas de las que no estoy orgullosa, me han dicho que no me arrepienta de lo que hice sino que aprenda de mis errores y siga con mi vida; me he puesto a pensar y para mí la verdad no arrepentirme es muy cómodo porque no tengo que sentirme mal e incluso le he llegado a echar la culpa a otros por mi actitud.

Hubo una época en mi vida en la que de verdad necesitaba arrepentirme y no quería hacerlo porque no soportaba la idea de estar equivocada y no quería tampoco aceptar mis errores y mis culpas, y mucho menos podía ver a Dios a la cara porque sabía que además de ofender a los demás lo había ofendido a ÉL, y es ahí donde Dios muestra su amor y misericordia para con nosotros, en que aún siendo como somos Cristo murió por nosotros (Mateo 5:8) y por lo tanto no quiere que muramos sino que nos arrepintamos y tengamos vida eterna (2a. Pedro 3:9) . El no confesarle a Dios nuestros pecados y nuestras faltas nos aleja de Él porque el pecado es la brecha que nos separa de ese Dios santo que sabía que la única manera que había para que el ser humano pudiera acercarse confiadamente ante su trono para encontrar perdón era el sacrificio de su único Hijo, Jesús (Hebreos 4:16).

Luego también caí en el error de pensar que el arrepentimiento era solamente sentirme mal por las cosas malas que estaba haciendo y confesárselas a Dios, pero la verdad es que el verdadero arrepentimiento es un cambio de actitud, y el verdadero arrepentimiento que Dios busca de nosotros es aquel que nos hace cambiar nuestra manera de vivir; Dios no está buscando golpes de pecho, ni penitencias impuestas, sino un corazón triste por lo que ha hecho y dispuesto a hacer un cambio rotundo en su manera de vivir (Mateo 9:13).

El verdadero arrepentimiento nos da vida eterna y nos ayuda a alcanzar la misericordia de Dios, pues ÉL no quiere que perezcamos en el lago de fuego, sino que con su perdón nos da la oportunidad de pasar la eternidad junto a Él. (Proverbios 28:13)

Cuando yo me arrepentí, yo dije estas palabras, y te las dejo como un modelo porque, no hay rezo ni letanías que lleguen a Dios, sólo una oración sincera con tus propias palabras en lo íntimo de tu habitación.


Gracias Jesús por haber venido a morir en una Cruz por mí, para limpiarme de todos mis pecados y perdonarme de toda la maldad que he hecho, yo quiero reconocer que te he fallado y he hecho lo malo delante de tus ojos y te pido perdón por ello, enséñame a vivir como tu quieres que yo viva porque yo sola en mis fuerzas no puedo y por eso te acepto como mi único Señor y Salvador, para que hagas tu voluntad en mi vida y me guíes por el camino en el que quieras que yo vaya, en el nombre de Jesucristo amén.

Y si te quedaste hasta aquí quiero decirte que no es casualidad que estés leyendo esto porque en Dios no existen las casualidades, y definitivamente Dios quiere hacer un cambio bueno en tu vida. Santifícate porque el Señor hará mañana maravillas en ti (Josué 3:5).

Comments


bottom of page