El Origen del Blog
- Estefanía
- 12 oct 2017
- 2 Min. de lectura
Probablemente te preguntarás por qué el nombre del Blog: "Nos llevará al desierto"; Muchas veces pasamos por momentos inciertos en nuestras vidas en los que no sabemos a donde vamos, no sabemos cual es el propósito que Dios tiene para nosotros, para nuestras vidas, qué es lo que quiere hacer o como quiere trabajar en nosotros, incluso llegamos a dudar del amor de Dios.
El contenido de éste Blog se basa en experiencias reales y en el crecimiento en el camino de Dios que he experimentado a través de la oración, el ayuno y la alabanza a nuestro Padre Celestial en situaciones de sufrimiento, dolor y ansiedad en las que no tenía ganas de buscar a Dios.
Este título nació de Oseas 2:14 que dice: "Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón". Quiero explicar que este pasaje se refiere a los momentos amargos en nuestras vidas provocados por nosotros mismos e incluso por circunstancias que no están en nuestro control y que sin embargo el Señor usa para cumplir su propósito en nosotros.
Dios quiere que a través del sufrimiento podamos conocer más de Él, más de su fidelidad y de su amor, y definitivamente Cristo quiere usarnos como herramientas útiles para alcanzar a los demás por medio de nosotros, pero ¿cómo vamos a hacerlo si no le conocemos? pues para eso sirven los desiertos y sé que es difícil de entender, pasaron años para que yo pudiera comprenderlo. Pasé por varios desiertos para llegar hasta aquí y aún me encuentro en algunos, pero ahora con la certeza de que Dios quiere usarme para grandes cosas. Recordemos lo que dice Eclesiastés 7:14 "En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de Él."
Nuestra actitud hacia los problemas, delante de Dios cuenta todo. Quiero animarte a buscar a Dios en esos momentos que quizás duren días, meses y hasta años. Confía en que el Señor es fiel y bueno para ayudarte y para sacarte como oro después de todo. Busca a Dios de tal manera que un día puedas decir como Job: "De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven" (Job 42:5).
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